Atrocidades de la guerra armenio-azerí
Lo que quedó del Teatro de Arte Dramático de Agdam
Exclusivo desde Karabaj, Azerbaiyán
Ricardo Sánchez Serra*
Algunos periodistas latinoamericanos visitamos la región arzebaiyana de
Karabaj, en especial Fizuli, Jabrayil -borrada del mapa por los armenios- y Shushá,
además de Agdam -tristemente conocida como la Hiroshima del Cáucaso-,
arrasada completamente durante la invasión armenia, localidades que fueron
frente de batallas.
Aquí hubo una ciudad llamada Agdam, la Hiroshima del Cáucaso
Mezquitas destruidas o convertidas en establos, tumbas profanadas,
monumentos históricos pulverizados, palacios de kanes desmoronados, localidades
devastadas por los ocupantes armenios, configuran un panorama dantesco en la
recuperada Karabaj, por las fuerzas militares azeríes, luego de 44 días de
guerra a fines del año pasado.
Mezquita de Agdam, construida en 1870, uno de los pocos edificios que no fueron destruidos por los armenios porque sus torres le servían de observación. Sin embargo, su interior estaba destruido y utilizado como establo
Además, llegamos a Ganjá, la segunda ciudad más grande azerí, ubicada a
cien kilómetros del conflicto, en donde cayeron misiles balísticos armenios,
matando a 26 personas -entre ellos niños- e hiriendo a cientos de personas. Los
ataques a poblaciones civiles son crímenes de guerra. Los armenios pensaron que
este tipo de ataques tendrían como objetivo minar la moral de los azeríes, pero
fue un bumerán. Miles de azerbaiyanos de todo el país salieron a las calles
para exigir dureza a su Gobierno.
Restos de edificaciones en Ganja, una ciudad a 100 kms. del conflicto, atacada por misiles balísticos
Muñecos y flores que recuerdan la muerte de niños en Ganja
Nagorno Karabaj o Alto Karabaj es una región en la que convivían las etnias
armenia y azerí, fue parte de la República Socialista Soviética de Azerbaiyán y
en la que en 1991 la etnia armenia proclamó la República de Artsaj, no
reconocida por ningún país del mundo.
Ruinas en Jabrayil del estadio conmemorativo de las olimpíadas de Rusia
Karabaj es oficialmente parte de la República de Azerbaiyán, y sus
fronteras son reconocidas internacionalmente (cuatro resoluciones del Consejo
de Seguridad la respaldan), salvo por Armenia, que dicho sea de paso se apoderó
de la zona -y de siete distritos adyacentes como colchón o franja de seguridad-
, en la guerra de 1992 -de la que huyeron un millón de azeríes- y hoy después
de 30 años, en la II Guerra de Karabaj, Azerbaiyán recuperó su territorio,
aunque quedan enclaves armenios que ponen en vilo el cese del fuego, firmado
-el 9 de noviembre de 2020- por Rusia y los dos países en conflicto, siendo
firmantes el presidente de Azerbaiyán, Ilham Aliyev, el primer ministro de
Armenia, Nikol Pashinián, y el presidente de Rusia, Vladimir Putin. La II
Guerra de Karabaj causó la muerte de unas 7.000 personas, entre militares y
civiles y miles de heridos, además de decenas de desaparecidos.
Del Museo del Pan quedó solo la fachada
La repoblación demorará
Como paréntesis mencionaremos que nos entrevistamos con una familia de
desplazados azeríes de Zanguilán -que se encuentra en Bakú- que con emoción nos
expresaba que está dispuesta a regresar a su tierra inmediatamente. Pero debido
a miles de minas que tendrán que ser erradicadas y al periodo de reconstrucción
-que empezó ya el Gobierno, con un presupuesto de 2 000 000 000 de dólares solo
en el 2021- pasarán aún, por lo menos, entre cinco y diez años.
Casa de la poetisa y del kan de Karabaj
El presidente Aliyev construyó 116 complejos habitacionales, en donde viven
unos 320.000 refugiados. El resto vive con familiares y amigos (antes del 2007
vivían en campamentos), y un 70 % espera la luz verde para regresar a sus
tierras, conforme informó Rovshan Rzayev, director del Comité Estatal para
Asuntos de Refugiados, quien además dijo que se habían gastado 7 000 000 000 de
dólares en su manutención.
PERIODISTAS CON FAMILIA DE REFUGIADOS
Minas retrasan reconstrucción
Salimos de Bakú -la capital azerí- con un diplomático azerbaiyano, que se
desempeñaba como traductor, y periodistas de México, Costa Rica y Colombia, rumbo
a Karabaj y a algunas ciudades que habían sido tomadas por los armenios como
“colchón” de seguridad.
Se encontraron minas antitanques que contenían más de 1.600 esquirlas y minas de plástico
En todo momento nos aconsejaron que no nos alejemos del grupo por las minas
personales y antitanque que habían sido sembradas por doquier por los armenios.
Entramos a localidades que habían sido campos de batalla -incluso se veían
tanques abandonados- y en Fizuli nos esperaba un representante de la Agencia
Nacional de Acción contra las Minas (Anama) -que opera con el apoyo de la
Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD)- que nos explicó el proceso
de remoción de minas y sus emplazamientos.
Campo minado y detonación de mina antitanque en Fizuli
“Actualmente son tres métodos con que se realiza el proceso de desminado:
la búsqueda con los perros adiestrados, la limpieza de la mina con la mano y
con carros que tienen tenedores enfrente. Numerosas instituciones
internacionales han ofrecido apoyo para la limpieza de minas, pero solo Turquía
ha concretado la ayuda”, afirmó el funcionario de Anama.
Además, como demostración, se hizo detonar una mina a regular distancia. Parecía
un fuerte temblor y ensordecedor.
Minas personales y antitanques desenterradas en Fizuli
La paz no está asegurada
En el camino nos topamos con un convoy ruso de pacificadores temporales que
se dirigían el corredor terrestre entre Armenia y la región de Karabaj. Se
señala que son 2.000 soldados moscovitas que cautelan el cese del fuego, aunque
en la noche -ya en Shushá- escuchamos disparos esporádicos provenientes de Khankendi
(Stepanakert, en armenio) la capital del fantasmagórico país, Artzag, que se
encuentra en territorio azerbaiyano. Esta ciudad iba a ser tomada rápidamente
por los azeríes, en los enfrentamientos de noviembre de 2020, pero Rusia frenó la
ofensiva para lograr el cese del fuego. Armenia ya estaba derrotada
militarmente.
Monumento semidestruido dedicado al triunfo de la quince Repúblicas Soviéticas en la Segunda Guerra Mundial
Devastación y la miseria del hombre
Llegamos a la ciudad fantasma de Jabrayil, en donde todo era desolación. Vimos
destruidas las viviendas y el estadio conmemorativo de las olimpíadas de Rusia,
además de tumbas trasgredidas. Nuestro diplomático-guía pidió permiso para detenerse
en un sector en donde vivió en la niñez con su abuelo, reconoció un pedazo de
muro y volvió con lágrimas en los ojos (era la primera vez que iba al lugar
después de la liberación).
Continuamos el viaje y vislumbramos las ruinas de una muralla conmemorativa
por el triunfo de las quince repúblicas soviéticas en la Segunda Guerra
Mundial.
Arribamos a Shushá, una ciudad emblemática -además de ser la segunda más
importante de Karabaj-para los azeríes, porque decidió el triunfo militar sobre
los armenios. Está ubicada a 1500 metros sobre el nivel del mar, en una meseta,
en donde para llegar había un solo camino vigilado por los armenios fuertemente
armados. Parecía inexpugnable. Pero una noche las fuerzas de élite azeríes
escalaron por detrás y atacaron a los sorprendidos armenios, que lucharon
cuerpo a cuerpo y fueron vencidos. No tuvieron tiempo de arrasar la ciudad en
su retirada.
Observamos la casa de la notable poetisa nacional, Khurshidbanu Natavan, y la
de su padre, el kan de Karabaj, prácticamente arruinadas. Así como destruido el
estadio del equipo de fútbol Deportivo Karabaj (conocido como el Barcelona
del Cáucaso) que jugó en la Champion League de la UEFA.
Tierra arrasada y quemada
Jeroglíficos semidestruidos que datan de 15.000 años
Al pasar por Agdam -otra ciudad fantasma- nos invadió la
tristeza de ver el palacio del kan semidestruido, al igual que unos
jeroglíficos que datan de 15.000 años. Los cultivos fueron incendiados y les
echaron sal, para que no vuelvan a crecer. Esta ciudad azerbaiyana estuvo en
manos armenias durante 30 años.
Dicho sea de paso y de acuerdo a lo manifestado por Leyla Abdullayeva,
vocero del Ministerio de Asuntos Exteriores de Azerbaiyán, solo en Agdam fueron enterradas 97.000 minas. Y desde que
los armenios se retiraron de la ciudad, se han producido más de doscientas
víctimas, entre muertos y heridos.
Tanque armenio destruido en Fizuli
Estaba igualmente deshecho, el Museo del Pan -construido en 1980 y en donde
se exhibían 150 tipos de pan, como, por ejemplo, la URSS regaló pedazos de pan
que consumían los cosmonautas en el espacio y mendrugos de pan que daban a los
soldados en la batalla de Stalingrado, entre otras curiosidades; y, derruido el
Teatro de Arte Dramático.
Un funcionario estatal nos explicó que en Agdam vivían cerca de doscientas
mil personas y cuando la reconstruyan -calculan que tardarán diez años- podrán
habitarla unas cien mil en la metrópoli y otras cien mil en los pueblos
cercanos y se convertirá en la cuarta ciudad industrial de Azerbaiyán.
Reconstrucción de catedral armenia Ghazanchetsots en Shushá
“Cuando regresen los refugiados tendrán sus casas más un sector para
desarrollar la agricultura, una universidad con capacidad de diez mil
estudiantes, habrá 190 hectáreas destinados para un parque industrial, las
empresas estarán libres de impuestos por diez años, hotelería, salas de
conferencias, tranvías, teatros, estadio de fútbol, hospitales”, agregó.
De otro lado, cabe mencionar que en Karabaj había 2.600 manifestaciones
culturales, de diferentes categorías (monumentos, estatuas, teatros, museos, mausoleos,
palacios reales) y la cueva Azykh del periodo paleolítico; y, luego del
monitoreo, el 95 % estaba destruido.
“Los armenios violaron el Convenio de La Haya de 1954, que ordena preservar
la herencia cultural durante los conflictos armados. El objetivo era erradicar
la herencia cultural en esos territorios, para luego demostrar al mundo que
Azerbaiyán no tenía su huella cultural”, señaló un representante del Ministerio
de Cultura azerí.
Tumbas musulmanas profanadas en Jabrayil
Un odio irracional
Al finalizar la travesía, los periodistas nos preguntábamos ¿por qué tantas
atrocidades? ¿por qué los armenios trataron de borrar todo vestigio cultural e
islámico? Si los armenios, que se consideran cristianos, ¿por qué aplicaron
conceptos de tierra arrasada y destruyeron todo en sus 30 años de ocupación y
en su retirada, si se supone que esa tierra la consideraban suya?
De otra parte, los armenios deben brindar los mapas que indican en dónde
enterraron sus miles de minas para evitar mayores sufrimientos, si no lo hace
la comunidad internacional debe obligarlos bajo pena de sanciones.
Al mismo tiempo, deben terminar con el revanchismo e iniciar, ambos
pueblos, una era de perdón por los excesos y de confianza y paz, para el
desarrollo de sus países.
*Analista internacional.
Vicepresidente de la Federación de Periodistas del Perú
Numerosos tanques en buen uso fueron abandonados por los soldados armenios durante la ofensiva azerí. Exhibidos en Museo de Guerra de Azerbaiyán
Maniquí de soldado armenio con esposas. De acuerdo a oficiales azeríes, se encontró a militares armenios que no querían combatir con esposas y obligarlos así a luchar.
LLanura de caballos y cancha deportiva ya inexistente del club Karabaj
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