Conociendo a la Rusia de Vladimir Putin (II) Llevan siglos tratar de sacar a Rusia de Europa









 Conociendo a la Rusia de Vladimir Putin (II)     



Llevan siglos tratar de sacar a Rusia de Europa

 

Como señala el historiador Juan Camilo Vergara es menester conocer el punto de vista de los rusos sobre Rusia y la situación internacional. ¿Quién fabrica la Rusia mala y la Rusia buena? El problema de debilitar a Rusia y fortalecer a China. ¿Rusia se encuentra en declive o se está modernizando?

 

Ricardo Sánchez Serra

 

Vergara es un investigador que vivió en Rusia, trabajó en los archivos nacionales de la Biblioteca de San Petersburgo y estudió a Rusia por veinte años. El punto de vista que transmite, poco o nada conocido, es para una evaluación personal. Muestra hechos y la visión occidental y rusa, para que uno se forme su propia opinión.

 

“La amistad de los EE. UU. y Rusia de los ´90, fue una amistad de puertas para afuera. Realmente Rusia y Occidente vivieron una especie de mutuo desprecio. Solo que los medios de comunicación aplaudían cada reunión que se hacía, como si  fuera la confirmación del final de la Guerra Fría. Pero ¿qué sucedía en los años ´90?  En 1991 Boris Yeltsin busca un acercamiento con Occidente y los occidentales a cambio apoyarán reformas en el país, que lleven al capitalismo y a la democracia”, afirmó Vergara.

 

“Pero ese acercamiento curioso –agregó- va esconder muchas diferencias y ese desprecio mutuo. Del lado ruso, la verdadera voluntad de reforma va a existir y Yeltsin de hecho será muy fuerte en su llegada al capitalismo, que terminará por generar una crisis económico-financiera sin precedentes, acabando los ahorros de los rusos y generando un traumatismo que lleva a los rusos a asociar democracia con caos, anarquía y mafia. Y esa voluntad sincera, que se salió de control en los años ´90, también mostraba una firme convicción desde la época de Yeltsin, de mantener una zona de influencia neoimperial de los rusos”. 

 

Objetivo occidental: terminar con la súper potencia

 

El estudioso señaló que los rusos nunca quisieron abandonar sus exrepúblicas soviéticas, y por eso Yeltsin inventará el término “extranjeros cercanos” -vecinos para lo cual se reserva el derecho de intromisión-, para referirse a Ucrania, Azerbaiyán, Lituania, Letonia, Estonia, que es una palabra completamente imperialista.

 

“Y no es Vladimir Putin el que ha creado esa injerencia rusa en los países vecinos, es algo que desde los años ´90 ya se venía anunciando. Solo que por apoyar al reformador Yeltsin las cancillerías occidentales no quisieron ver. Es Yeltsin el que va a crear la Comunidad de Estados Independientes, como una especie de asociación, para mantener a estos países bajo el control de la Federación Rusa.

 

Del lado americano, se va a ver un enorme potencial en Rusia y sinceramente se va a creer en la normalización del país, pero los occidentales no solamente van a estar interesados en ayudar  a la ´pobre´ Rusia, lo van a ver como la oportunidad de terminar de una vez por todas con esta súper potencia que amenaza los intereses occidentales; es decir, mientras apoyaban las reformas de Yeltsin, también los occidentales buscarán dominar económicamente a Rusia y garantizar que nunca más volviera a levantarse como un rival occidental”, explicó Vergara.

 

Napoleón y OTAN: Rusia a las cavernas

 

Prosiguió detallando que los occidentales crearon estrategias proponiéndole a estos países etapas de agresión a la OTAN, a la Unión Europea, sellando la retirada de Rusia de Europa.

 

“Y acá volvemos a la historia, esta idea de sacar a Rusia de Europa, lleva siglos, en la mentalidad europea. Recuerdo haber leído una carta de Napoleón Bonaparte justo antes de invadir a Rusia en 1812, donde manejaba una retórica muy parecida, y decía ´hay que devolver a Rusia a sus cavernas de hielo en el norte´.

 

Es una visión muy parecida a la que se va a manejar en los años ´90. Y esto va a llevar entonces a que Occidente pierda la oportunidad de asociar a Rusia a unas buenas relaciones con Occidente, porque los rusos empezarán a ser una asociación peligrosa y es toda propuesta occidental, que hable de democracia, libertad, es para nosotros siempre malas noticias.

 

Es noticias de divisiones internas, de corrupción, de crisis económica y por eso la palabra democracia y demócrata, después de 1993-94 empieza a ser peyorativa, a casi un insulto decirle a un político ´es un demócrata´, sinónimo de persona débil que no favorece la centralización del país, y que es el culpable del caos de los años ´90, algo completamente desproporcionado, pero que nos explica lo que estaba sucediendo estos años, desde la caída del Muro de Berlín, la OTAN y la UE han avanzado cerca de sus fronteras”, profundizó el historiador colombiano.

 

“Para los rusos –añadió- la UE y la OTAN son lo mismo. Unos tienen armas y otros tienen diplomáticos, pero es el mismo combate en contra de Rusia. Así se interpreta desde este país. En 1990, antes que cayera la URSS habían unos países tapón y en esa época Rusia se sentía segura”.

 

Contó que en 1999, en el momento en que las tropas de la OTAN están bombardeando Belgrado, la OTAN entró en el cordón de seguridad de Rusia. La OTAN ha agregado a la República Checa, Polonia y Hungría, sin mayores protestas de la Federación Rusa y; y, por lado de la UE, se va agregar Austria, Suecia y Finlandia, es decir, la UE tenía una frontera común con Rusia.

 

“En el 2004 –siguió- cuando las embajadas norteamericanas estaban promoviendo las revoluciones de colores, el escenario cambió completamente. Fueron mucho más allá. La OTAN  agregó a Eslovenia, Eslovaquia, Rumania, Bulgaria y además a Lituania, Letonia y Estonia, y ahora tiene una frontera común con Rusia, y del lado de la UE sucede lo mismo,

 

En el 2008, cuando empieza la Primera Guerra de Rusia, para frenar este avance, porque ya a partir del 2008, la protesta rusa va a ser bélica y no solamente diplomática, es cuando la OTAN le propondrá a Ucrania, y a Georgia asociarse a la OTAN, esa región considerada por los rusos como su cuna, a la Alianza que ha venido avanzando constantemente, y los mismo hace la UE cuando le propone a Bielorrusia, Moldavia, Ucrania, Armenia, Georgia, Azerbaiyán, asociarse a la UE”, relató.

 

Visiones distintas

 

Si se ve desde Europa, es una opinión, es el avance de la libertad, de la OTAN, de nuestra seguridad. Si se ve desde Rusia, es el avance del peligro, la amenaza a las puertas de la casa. Son dos visiones completamente diferentes porque Occidente no está dispuesto a sacrificar su vida por Bielorrusia; y Rusia sí, por Bielorrusia y Ucrania, como parte de su existencia misma. En el orden de importancia está región es vital para Rusia, más no para la UE y para la OTAN. Hay, entonces, una óptica diferente y gigantesca; y, por eso, los conflictos bélicos han venido en aumento y el riesgo de una confrontación directa también.

 

“El plan de los EE. UU. –manifestó Vergara- no es escondido o secreto, no era una teoría de conspiraciones, era algo que se discutía abiertamente y algunos de los diplomáticos más influyentes de la época de Bush Jr., superior catastrófico de las relaciones internacionales norteamericanas, van a dejar claro que para que los EE. UU. estuvieran tranquilos, tenían que someter a Rusia a la voluntad de los EE. UU. y, por eso, estos diplomáticos y consejeros conservadores, como Zbigniew Brzezinski van a  tener una política externa muy explícita, que van a plasmar en libros, en artículos y discursos. La era Brzezinski, se llamó el rollback. Implicaba sacar a Rusia de Europa y Asia Central, para que nunca más Rusia tuviera la fuerza, ni la tentación de competir con los EE. UU. Miren los curiosos, este hecho ha debilitado tanto a Rusia que paradójicamente ha reforzado a China, lo que ha complicado también las relaciones internacionales de los EE. UU. Los EE. UU. no han visto a Rusia como un potencial aliado o el mejor aliado que puedan tener para contener el avance de China en el mundo”.

 

Puntualizando aún más, Vergara analizó la amenaza muy fuerte para la existencia rusa. “Los EE. UU. estarán entonces presentes en ciertos países: Georgia, Uzbekistán, Ucrania promoviendo un sentimiento proocidental y el resultado son las revoluciones de colores del 2004 y lo van a lograr, por varios métodos que son muy antiguos y eficaces, con la multiplicación de fondos de ayuda de desarrollo para estos países, que le imponen una condición: que privilegien las relaciones comerciales con los EE. UU., van a promover becas, para que los ciudadanos se formen en los EE. UU. y después, cuando vuelvan privilegien la relación con los EEUU. y van a fundar ONGs en estos lugares, que van a tener un trabajo político, fomentar ese sentimiento prooccidental”

 

Contradicciones occidentales

 

Informó que las élites rusas, que recurren a los mismos métodos que los EE. UU., y entienden lo que estaban haciendo los norteamericano, van a reaccionar duramente desde la época de Yeltsin a esta rivalidad creciente, en estos países.

“Por ejemplo Yeltsin prohíbe cualquier tipo de Iglesia evangélica en la Federación Rusa, porque las veía como una punta de lanza política de los EE. UU.

La política occidental ha sido completamente contradictoria en este sentido, este no es el comportamiento que se espera de un amigo, o de un nuevo amigo, desde el final de la Guerra Fría y paradójicamente los occidentales, que promovían ese sentimiento de libertad, esa democracia rusa, no van a decir absolutamente nada cuando Yeltsin, en excelente ejemplo de democracia, decida bombardear el Parlamento ruso en 1993, porque los congresistas no querían aprobar sus leyes.

Entonces la no crítica del demócrata, Yeltsin, va a generar un sentimiento dentro de la población rusa, de una contradicción del sistema occidental, que promueve esa idea de libertad pero lo que se ve son tanques de guerra en la calle, bombardeando el Parlamento, que es el símbolo, en teoría, de esa democracia”, aseveró el historiador.

 

“Es allí -continuó- cuando los rusos empiezan a entender que se maneja un doble discurso desde Occidente, desde que Bush Jr. de exportar la libertad al mundo, pero bombardeando Afganistán o Iraq, creando semejante caos, también a las puertas de la Federación Rusa, y los rusos empiezan hacer un análisis que es bastante peligroso también: ´si los norteamericanos se dan el privilegio de bombardear Afganistán e invadir Iraq, sin el consentimiento de sus aliados,  ni de la ONU, entonces Rusia por qué no puede hacer lo mismo y reaccionar controlando o invadiendo sus países vecinos´. Y es así donde empieza este análisis y esta especie de carrera que va aumentar las tensiones bastante peligrosas”.

 

Poder sobre los vecinos

 

En consecuencia Rusia va instrumentalizar unos conflictos que habían quedado congelados en la URSS y que, desde los años ´90, le van a servir a Rusia para interferir la política interna de sus vecinos, como el Cáucaso.

 

“Fíjense quién ha negociado el cese del fuego en Alto Karabaj, entre Armenia y Azerbaiyán, es Rusia, en Crimea, en Transnistria (Moldova), y en diferentes partes en donde Rusia tiene control de la política de estos países, porque Moscú empieza a promover secesionismos en diversos países vecinos, para someter a los políticos a los intereses de Rusia,

 

Rusia tiene poder sobre sus vecinos, no solamente porque eran parte del imperio, sino porque en la época de la URSS, los soviéticos, para tratar de limar las diferencias entre pueblos, van a tener una política de intercambios y de colonización. Muchos

rusos se van a instalar en esos países y se van a quedar ahí después del  final de la URSS”, refirió. 

 

Ucrania es un caso aparte, no es que los rusos lleguen a invadir el país,  sino que es una presencia mucho más antigua de rusos y está dividida en dos partes, una Ucrania Oriental, bajo dominio de una población rusa de lengua rusa, dentro del país. Y una Ucrania ucraniana valga la redundancia, donde los rusos son minoría.

 

“Piensen en sus propios países lo que esto significa, Odesa tiene 42 % de rusos, Crimea 80 %, Zaporizhia 48 %, Donetsk 75 %, Lugansk 69 %, Jarkov 44%. Claramente la mayoría es rusa. Y esto le da pie a la Federación Rusa, para tener una voz y un poder, dentro de los asuntos de Ucrania”, notó.

Todos los hombres del presidente

Los dirigentes rusos –recordó Vergara- sacaron varias conclusiones de esas revoluciones de colores en el 2004. Y van hacer una análisis, que es brillante, porque ha dado resultado, es que entendieron que las guerras del siglo XXI, no serían guerras de tanques, o de artillería, serían guerras por la opinión pública y que no tener un peso en la opinión pública, era perder todas las guerras y la prueba es que Rusia en los años ´90, las pierde todas y la imagen de Rusia va a quedar deteriorada y esto va hacer el principal elemento de debilidad, porque expone a Rusia a críticas y a que otros países fabriquen una imagen completamente falsa del país. Entonces, desde el 2000, cuando llega Putin al poder, las cosas van a cambiar al interior y al exterior de las fronteras. Al interior, lo que hace es reforzar el centro, consolidarlo, para controlar mejor al país más grande del mundo. 

El investigador rememora que durante una oleada de manifestaciones en el 2011, por la reelección de Putin, una revista rusa, publica un artículo que se llama “Su Casa, Rusia”, que hablaba que Putin había creado un gobierno y un Estado sometido a sus propios intereses.

“Y los redactores presentarán una corporación Vladimir Putin para el poder y van hacer el perfil de 57 personas allegadas a él, que van a estar ubicadas en los puestos claves del Estado y de la industria del país y que hacen que Putin controle fácilmente a Rusia.  

La manera de presentar a los hombres del presidente. La mayoría son, ante todo, hombres sin uniforme, antiguos trabajadores de la KGB, muchos de ellos, que trabajaron con Putin en Alemania, y que según la revista ocupaban –en ese año- el 42.3 % de las altas funciones del Estado, es decir la KGB se tomó el Estado”, puntualizó.

 

“En segundo lugar estaban los hombres de San Petersburgo, los que trabajaron con Putin, bajo la alcaldía de Anatoly Sobchak, los que van a repartir las dachas (casas) rusas a la nueva élite del país. En tercer lugar, los más cercanos, familiares, amigos, compañeros del colegio, que también estarán ubicados en puestos claves del Estado a la cabeza de los bancos, grandes corporaciones industriales, petroleras, gasíferas y otras”.

 

Estrategia publicitaria

 

En otro orden de cosas, están los mecanismos a nivel internacional. Putin reactivará las antiguas estrategias de la URSS, que habían sido abandonadas por Yeltsin, por miedo a que el Partido Comunista (PC) volviera. Putin considera que diez años el PC ya es historia. Y por eso vuelve a esas estrategias.

“Y usará canales soviéticos para mejorar la imagen del país. Por ejemplo, reactivará intercambios universitarios a nivel global. Y ello era importante para los investigadores, para poder acceder a los archivos rusos. Se van a dar ayudas para la promoción de la lengua rusa, que había perdido su prestigio, pero que hasta l991 era, junto con el español, la segunda lengua más hablada del mundo. Ello ha regresado con mucha fuerza.

Los intercambios culturales, exposiciones de museos o danzas rusas visitan el mundo entero, películas, intercambios deportivos. Y esto ha llevado a la creación de agencias de comunicación  como Sputnik y una que es mucho más conocida como Russia Today (RT)”, especificó.

 

Los grandes eventos deportivos fueron diseñados para mejorar la imagen de Rusia.  En el 2014 los juegos olímpicos de Sochi, en el 2018, el mundial de fútbol de Rusia.

 

“Esto –afirmó- no es una coincidencia, es una política de Estado que busca que las personas visiten Rusia, para que se enteren realmente cómo Rusia es, que son muchas naciones dentro de una solo. Es difícil hacerse una sola imagen de Rusia. Es el último imperio del siglo XIX que todavía existe. Hay 192 nacionalidades dentro de la Federación Rusa.

Estas son las políticas que buscan mejorar la imagen tiene del país. Putin será pionero del populismo del siglo XXI y entender esos mecanismos, nos permite estar informados sobre lo que sucede en cada uno de los países”.

 

¿Cómo entender esa nueva fuerza que tiene Rusia ahora?

 

Pocos se atreverían a decir que Putin es un presidente débil. Es una imagen fabricada también. Él depende de muchos sectores de la sociedad que son poderosos. En general hay dos maneras de ver esa nueva situación. Hay unos que ven a Rusia como una fortaleza asediada y un poco paranoica; y, hay otros que ven a Rusia como un país que está tratando de modernizarse.

“Los que ven como una fortaleza asediada y paranoica ven a Rusia como un país en declive, que no logró integrarse a Occidente, que perdió la oportunidad de reformarse y por eso se refugió en un militarismo y en un nacionalismo y agresivo. Muchísimos tenían esa opinión en Occidente.

Y los otros que ven a Rusia como si fuera un país en una transformación positiva, luchando con un pasado muy fuerte, gestionando treinta años de cambios brutales, buscando su lugar en el mundo, sin querer seguir las reglas occidentales que estima contrarias a sus intereses nacionales. Probablemente, la verdad está entre en esas dos opiniones”, subraya Vergara.

Opina que Rusia sí se siente como una fortaleza asediada y se ha sentido así desde la Edad Media, pero también se ha modernizado de manera impresionante, entonces no hay que irse para los extremos. Lo curioso es que ambas visiones de Rusia están elaborados por Occidente. No por Rusia.

“La opinión rusa no se divide esa manera. Los debates en Rusia no son necesariamente estos. Son los debates occidentales que generan un prisma  simplificador, que termina paradójicamente por tener un eco en Rusia. Porque Rusia se sirve de esta visión, a veces maniqueista occidental en contra del mismo Occidente para proyectar imágenes de fortaleza asediada o de país moderno, dependiendo del interlocutor.

En eso Rusia y su diplomacia, dirigida por Sergei Lavrov, es muy hábil en ese sentido, y esto le cuesta a veces entender a las cancillerías occidentales, no se dan cuenta ni siquiera que Rusia está enviando constantemente imágenes fabricadas por Occidente, en contra de Occidente mismo”, aseveró.

¿Quién define lo racional?

El experto en Rusia opinó que “hay que cuestionarse si es que hay una lógica detrás de esto y de nuevo nos encontramos sin mayor sorpresa con dos opiniones diversas: los primeros que dicen que el Kremlin sí tiene una lógica; y que es planificador, que tiene una ideología creada racionalmente, justificando una política extranjera que llevan organizando treinta años, avanzando hacia una doctrina que se podría acercar a un fascismo. Los otros dicen no son fascistas, todo lo improvisa, Rusia simplemente reacciona a los embates de Occidente y es una política extranjera pragmática”.

La verdad –concluyó- es que está probablemente entre los dos. Se adapta pragmáticamente pero hay una cierta coherencia en su política extranjera, que va más allá de los años ´90, que siempre ha buscado no aislarse de Europa y no dejarse encerrar por ninguna potencia. Esas dos visiones están fabricadas también desde Occidente.

“La cuestión es fundamental en Occidente, y la idea del Putinismo está radicalmente opuesta en Occidente. En Rusia no hay tanta ambigüedad y está, ese es el problema, basada en juicios de valor y cuando hablamos de esto en relaciones internacionales, hablamos de los buenos y de los malos, como decía Bush Jr., los países villanos y los países buenos. Es difícil que una persona en el mundo, por más poderosa que sea, pueda definir así, porque el problema de eso es acusar a toda una población de millones de habitantes, de ser los malos del paseo”, reflexionó.

Vergara cuenta que Angela Merkel, que es una de las dirigentes occidentales más cercanas a Rusia, dijo una vez que Putin tenía un comportamiento irracional. “Recuerdo ese momento, 2014, que me hizo pensar ¿quién define lo que es racional? ¿Es un pensamiento racional a la alemana? ¿Y el resto es irracional? Pero, entonces, ¿los colombianos somos completamente irracionales porque no pensamos como los alemanes? ¿Quién define lo racional?”, preguntó.

“¿Occidente es dueño de lo previsible? ¿Es dueño del orden? Occidente es una civilización que fue importante en el siglo XIX y XX, pero otras también han existido, que también han tenido su orden y su manera de pensar. Hay una dificultad en ponerse en los zapatos del otro”, dijo.







Georgia, Sebastopol…

Si hay personas que se ponen a discutir sobre Rusia, es difícil llegar a un punto medio, como cuando se ponen a hablar de China. Hay opiniones encontradas y hasta fanatizadas. Rusia no es ni buena ni mala.

“Rusia va cambiando y se va adaptando y las relaciones van mejorando o empeorando. Así son las relaciones internacionales. No solamente Rusia cambia, Occidente también. Putin declaró para la BBC de Londres en el 2000 lo siguiente, que suena hoy como extraño: ´Rusia hace parte de la cultura europea. Yo no puedo imaginar a mi país aislado de Europa y de lo que llamamos el mundo civilizado. Entonces es difícil para mí ver en la OTAN un enemigo´. Absurdo después de lo que ha pasado del 2000 en adelante. Hoy es anacrónico, porque Putin no es el mismo. Y los EE. UU. y la UE tampoco. Entonces hay cambios en las relaciones internacionales. Cuando Rusia ha reaccionado, no ha sido solamente por ella. También por factores externos. Cuando el presidente de Georgia invadió una zona secesionista, en donde había tropas rusas. Asimismo, cuando Ucrania quiso darle la base militar rusa de Sebastopol a la OTAN, hubo una reacción rusa”, aclaró.  

En otro momento, comentó que los académicos occidentales dicen que los ejércitos rusos provocan a la OTAN. Eso quiere decir que cuando los aviones rusos se acercan a las fronteras de los países del Báltico o los submarinos rusos se acercan a las costas de Suecia, es sin duda una provocación, no tiene otro nombre.

“Pero es como si los aviones de la OTAN tuvieran un dispositivo perfecto, que llevarán a que nunca se acercaran a las fronteras rusas, porque por alguna razón esas noticias no llegan a Occidente y viendo las dos versiones, también llegan a Rusia noticias de barcos norteamericanos que se acercan a la base de Sebastopol y que encienden todas las alarmas. Son provocaciones mutuas y por eso hay que superar eso de los buenos y los malos. Acá no hay peleadores de la justicia y los villanos. Cada cual protege sus intereses”, sostuvo.

 


Publicado en Expreso













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