La pandemia agravó las flaquezas del multilateralismo: ALLAN WAGNER

 

La pandemia agravó las flaquezas del multilateralismo









El exministro de Relaciones Exteriores, Allan Wagner Tizón, actual director de la Academia Diplomática del Perú, es un referente en los temas de política exterior y las relaciones internacionales. En entrevista exclusiva con la Revista Diplomática EMBAJADOR, conversa sobre la inquietante realidad internacional y los nuevos retos para la diplomacia

Allan Wagner es el más prestigioso diplomático peruano en la actualidad y tuvo un papel preponderante como Agente Diplomático ante la Corte Internacional de Justicia en La Haya por el tema de la delimitación marítima con Chile. Asimismo, se desempeñó como canciller en dos oportunidades, ministro de Defensa y secretario general de la Comunidad Andina de Naciones, entre otros importantes cargos.

¿Cómo será la diplomacia post pandemia?

La pandemia ha significado innovar métodos en la diplomacia. Ya se venían utilizando videoconferencias pero, sin duda, se ha acelerado la utilización de las plataformas digitales para las comunicaciones.

Esto tienes sus ventajas y sus desventajas. Hace poco salió un artículo en Foreign Affairs en que el autor se preguntaba si la “zoomplomacy” iba a sustituir la diplomacia presencial, para concluir diciendo que no iba a ser así. La diplomacia presencial siempre va a ser necesaria. Las misiones diplomáticas, las representaciones ante los organismos internacionales, los consulados -que cumplen una misión muy importante- continuarán existiendo.

Al mismo tiempo, se va a provechar la experiencia que estamos teniendo en el uso de las nuevas plataformas digitales para la incrementar comunicación diplomática. En ese sentido, es probable que en el futuro una serie de reuniones que antes se hacían presencialmente, ahora se puedan hacer a través de este método, siempre que no requieran negociaciones demasiado complicadas. En esos casos será siempre necesaria la negociación presencial.

Un elemento muy importante en la diplomacia, es la confianza mutua, que la construyen los agentes diplomáticos a través de las relaciones personales, que desarrollan y eso no podrá hacerse a través de plataformas digitales. Siempre va a ser necesario el contacto personal del agente diplomático con sus contrapartes del país o del organismo internacional en los que está acreditado, para generar relaciones de empatía, de confianza y por esa vía de lograr entendimientos mutuamente beneficiosos.

El deterioro del multilateralismo debe remontarse

¿La pandemia desnudó las flaquezas del multilateralismo?

Digamos que las agravó. El internacionalista Richard Haas, actual presidente del Council on Foreign Relations, que es el principal “think-thank” norteamericano, dijo que el mundo va a cambiar no solamente porque aparezcan temas nuevos, sino porque se van acelerar los que ya venían desde atrás.

Es el caso de la llamada Cuarta Revolución Industrial caracterizada por el uso de la tecnología digital en una gran cantidad de actividades políticas, sociales, económicas, que ya venían cambiando notoriamente la manera cómo se organizan las sociedades, cómo se conducen los Estados.

La ciencia está aportando una serie de nuevos instrumentos, por ejemplo, la inteligencia artificial, las nuevas computadoras cuánticas, y el Internet, que permitirá que diversos programas, en lugares muy distintos, puedan funcionar armónicamente.

Estas tendencias se van acelerar como consecuencia de la pandemia, precisamente porque el uso de las plataformas digitales que estamos experimentando ha hecho ver una serie de ventajas, que van a impulsar aún más esta llamada era digital.

Pero al mismo tiempo ya se veía un declive en ciertos organismos internacionales, entre otras razones, por la nueva política exterior que aplicó el presidente Trump tan pronto fue electo. Él dijo desconfiar de los organismos internacionales, consideraba que no había sido beneficiosa la participación de Estados Unidos en ellos, en general, y decidió suspender una serie de negociaciones internacionales muy importantes que estaban en marcha, por ejemplo, el caso del Tratado Transpacífico del cual se retiró, e igualmente canceló las negociaciones del Tratado Transatlántico que venía realizando con la Unión Europea. Así cambió la política exterior priorizando las negociaciones de carácter bilateral.

También ocurrió el hecho de que el Partido Comunista Chino declaró que China sería potencia mundial el año 2049, en que se cumplen cien años de la Fundación de la República Popular China. Esto vino acompañado de un cambio muy importante también en la política interna y exterior de China, dejando de lado lo que había sido el lineamiento de política establecido por Deng Xiaoping, de una política exterior de bajo perfil pero avanzando en su desarrollo internacional. Se pasó a una política de mucho mayor agresividad en sus relaciones internacionales. Lo que se plantea allí es un pugna entre EE. UU. y China por la supremacía mundial, que se va a definir en el campo de la tecnología.

Esta pugna se ha agravado por recriminaciones mutuas entre EE. UU. y China alrededor de lo que ha venido aconteciendo en relación con la pandemia.

Esa política estadounidense ha afectado además, a los organismos internacionales. La OMC está prácticamente paralizada hace algún tiempo debido a que EE. UU. se ha negado a permitir la designación de las personas que presiden los paneles para la solución de controversias en el marco de la OMC.  La pandemia ha acelerado el deterioro de los organismos internacionales, concretamente el caso de la OMS, pero también llama la atención que durante la mayor crisis mundial que se experimenta en los últimos 100 años, el Consejo de Seguridad no se haya reunido para discutir este problema.

Estamos viendo que hay un deterioro del multilateralismo que naturalmente es muy inconveniente y que habrá que remontar.

Lo importante es preservar la OMS

En el principio de la pandemia primó, entre algunos países, el “sálvese quien pueda”, a la solidaridad. En las escalas de los aviones en algún país, se confiscaron los cargamentos medicinales. Algunos Estados europeos negaron el “Coronabono” a Italia y a España. ¿Cómo ve todo esto?

La pandemia sorprendió a todos. La primera reacción fue cómo cada quien manejaba su problema. Al inicio sobre todo de la pandemia faltó cooperación internacional. A medida que ha pasado el tiempo, la cooperación se ha ido reestableciendo parcialmente.

En el caso de Europa, que menciona, la Unión Europea acaba de aprobar un programa muy importante de apoyo a los países europeos más afectados por la pandemia. Eso es una demostración de cómo todavía hay esperanzas de que la cooperación internacional pueda preservarse en medio de esta situación tan crítica.

Luego, hemos tenido, en el caso del Perú, por ejemplo, colaboración científica y en términos de equipos, materiales, etc. Al comienzo era imposible conseguir las pruebas moleculares, porque fueron inmediatamente acaparadas por los países más desarrollados.

Efectivamente al inicio ha habido un debilitamiento de la cooperación internacional, pero debemos trabajar para que se vaya recuperando.

¿Cuál es su lectura de las acciones u omisiones, avances y retrocesos de la Organización Mundial de la Salud?

Esto se va a tener que examinar con serenidad cuando pase la emergencia. Hay dos cosas que se unen: por un lado, esta acusación que se hace a China de no haber comunicado inmediatamente a la OMS el hecho de que había estallado esta epidemia en Wuhan; y, por otro lado, también se dice que la OMS no fue suficientemente clara cuando dio a conocer esto al mundo y que se demoró demasiado en establecer que se trataba de una pandemia que avanzaba rápidamente a nivel mundial.

Son cosas que deberán examinarse después, pero, en todo caso, lo importante es preservar la OMS, porque es precisamente el mecanismo científico y al mismo tiempo el foro en el cual se puede desarrollar una cooperación en materia sanitaria, ya no solamente para la emergencia que estamos sufriendo, que esperamos que se puede resolver a partir de la aparición de la vacuna, sino porque no cabe duda que el tema sanitario será uno de los grandes temas de las relaciones internacionales en el futuro.

El covid-19 ha demostrado que en cualquier momento puede suscitarse una grave pandemia, como ya había ocurrido en el caso del SARS, el ébola o el H1N1, provocadas por virus que súbitamente aparecen y empiezan a devastar a los países. Esto es un tema que va a requerir una amplia atención internacional, una gran cooperación científica; además, para poder profundizar en el conocimiento de ese fenómeno, que muchos vinculan con las consecuencias del cambio climático.

Este va a ser un tema de mucha importancia y lo que hay que hacer con la OMS, más bien, es fortalecerla y si para ello hay la necesidad de introducir cambios, se deberán hacer no para debilitarla sino para fortalecerla como foro científico y de cooperación internacional.

Kissinger: “El mundo no será nunca más igual”

¿Las relaciones internacionales serán las mismas luego del covid-19? ¿Habrá un nuevo orden mundial?

Lo que está ocurriendo es que, como hemos dicho, se han acelerado ciertos procesos y han surgido nuevas prioridades. Henry Kissinger, en un artículo en el Financial Times, decía: “El mundo no será nunca más igual”, en el sentido de que están surgiendo nuevas prioridades pero, al mismo tiempo, hay que manejar estos fenómenos que ya venían de atrás y que ahora se han acelerado, pero que es necesario generar prontamente una nueva visión de las relaciones internacionales.

Efectivamente habrá cambios importantes en las relaciones internacionales, ya que se observa una tendencia, por un lado, en varios países de retraerse sobre sus fronteras, incluso desde el punto de vista económico, de retirar inversiones en otros países para traer la producción de cueros, bienes estratégicos, nuevamente dentro de su territorio a fin de garantizar su seguridad.  Está también el tema de la tecnología. Se está produciendo una retracción en ciertas inversiones y limitaciones para el acceso a la tecnología por parte de algunos países.

Estos son temas que hay necesidad de trabajar internacionalmente, pero esto solo se podrá hacer a través del fortalecimiento de la cooperación internacional. Ese es el gran desafío que tendremos los países, de que esa nueva fisonomía mundial que está surgiendo, que tiene que ver con la Cuarta Revolución Industrial, con la inteligencia artificial, con todos estos avances de la ciencia y la tecnología, sirvan para construir un mundo mejor y eso solamente se podrá hacer en la medida de que esté basado en un sistema internacional, regido por reglas y por una cooperación internacional activa entre los países.

Buscar la reforma de los organismos internacionales

¿Cuál debe ser la posición del Perú en el probablemente nuevo contexto internacional?

Eso nos plantea varias prioridades, una global, otras más vinculadas a las necesidades del Perú, particularmente en el campo de desarrollo. A nivel global, la primera prioridad tendrá que ver, sin duda, con algo que ya hemos mencionado en esta entrevista, que es el fortalecimiento del multilateralismo. Se debe hacer reformas en los organismos internacionales para fortalecer la cooperación internacional en el marco de los organismos y no para debilitarlos.

A países como el Perú, de renta media, esto nos interesa muchísimo y por eso ha sido una constante en la política exterior del Perú fortalecer los organismos multilaterales, porque es ahí donde el Perú puede desarrollar una diplomacia en función de los intereses nacionales, reflejados a nuestra política exterior. Nosotros no podemos hacer política de poder, eso lo pueden hacer grandes potencias. Entonces, el tener un sistema internacional basado en reglas es sumamente importante y eso se logra a través de mecanismos de cooperación que son los organismos internaciones y al mismo tiempo una diplomacia muy activa que, en el plano bilateral, sirva de apoyo a un nuevo esquema de cooperación internacional, que nos permita insertarnos en la era digital o cuarta revolución industrial. 

Quien no lo haga va a quedar rezagado y se va a convertir en un Estado fallido. Eso es algo que nosotros tenemos que tener muy claro. Por un lado, va a requerir grandes inversiones internas, programas internos de trabajo y de cooperación a través del Estado, la empresa privada, la academia y la sociedad civil, y al mismo tiempo una gestión internacional tanto en el plano de las relaciones bilaterales como en el plano de los organismos internacionales.

Por otro lado, hay otros temas muy importantes vinculados al desarrollo, como es la reactivación económica de nuestro país. Se va a dar en un contexto internacional económico que va a tener cambios que ya he mencionado. Estos cambios en las inversiones a nivel internacional van a significar cambios también en las cadenas de valor, es decir, la manera como se articula la producción y el comercio internacional.

Defender los acuerdos de libre comercio

El Perú primero tendrá que defender los acuerdos de libre comercio que tiene firmados. Más del 90 % del comercio exterior de Perú, está amparado por estos tratados de libre comercio, que son muy importantes para el Perú. Pero, al mismo tiempo, también nuestro país deberá ver cómo se inserta en las nuevas cadenas de valor, y ahí hay una nueva oportunidad para la cooperación y la integración regional en América Latina, sea a través de la Comunidad Andina, del fortalecimiento de la Alianza del Pacifico o de nuevos esquemas de cooperación a nivel regional que permitan generar cadenas de valor a nivel regional que permitan insertarnos en las nuevas cadenas de valor a nivel mundial que están surgiendo.

El tema del cambio climático seguirá siendo una gran prioridad en la política exterior del Perú. Creo que lo que ha acontecido ahora, ha puesto nuevamente de manifiesto la gravedad del cambio climático y la importancia de que se logren acuerdos y acciones concretas para evitar el deterioro del medio ambiente que viene ocurriendo.

¿Qué destaca de la labor de la Cancillería peruana en esta pandemia?

Por un lado, ha sido todo el tema de los peruanos que quedaron varados en el exterior, como consecuencia del cierre de fronteras del Perú y de otros países, así como la cancelación de los vuelos internacionales. También, estuvo el caso de los extranjeros que se quedaron en la misma situación en el Perú. Hubo un trabajo muy intenso que se hizo en colaboración con las embajadas de los países extranjeros, para lograr que sus connacionales pudieran regresar a sus respectivos países y para traer de vuelta, a esa cantidad compatriotas que habían quedado varados en el exterior.

Esto ha sido un trabajo intenso ya que han sido más de 35 000 compatriotas que se ha logrado repatriar en esas condiciones y yo diría que esa ha sido una demostración de, por un lado, una eficiencia institucional de la Cancillería y de nuestros consulados sobre todo, que han trabajo intensamente, pero también de una gran vocación de servicio al país por parte del Ministerio de Relaciones Exteriores y sus agencias.

Al mismo tiempo, también podemos mencionar lo que ha sido el obtener, en medio de una situación extremadamente compleja, los equipos y los materiales sanitarios necesarios para poder combatir la pandemia, logrando ir generando espacios para poder solucionar ese problema para nuestro país. Creo que eso también ha sido un trabajo relevante que ha hecho nuestra Cancillería.

El servicio diplomático peruano también ha estado en la primera línea, así como todo el cuerpo médico, las FF. AA., la policía, en las primeras líneas de defensa frente a la pandemia, para ayudar a nuestros compatriotas y, al mismo tiempo, ayudar a nuestro país, tratando de obtener todo lo que se requería desde el exterior.

Gran trabajo de la Academia Diplomática y de la Fundación

¿Cómo se ha adaptado o se está adaptando la Academia Diplomática del Perú (ADP) a los nuevos retos de la educación? ¿Hay cursos nuevos?

Ya veníamos adaptándonos a este gran cambio mundial. Hemos cambiado el método de enseñanza de la clase magistral al método interactivo por competencias, que convierte el aula en un foro de discusión entre los alumnos, guiados por el profesor, lo cual permite generar pensamiento crítico y al mismo tiempo pensamiento prospectivo.

Se han ido estableciendo cursos nuevos, como prospectiva en las relaciones internacionales que ya lleva más de tres años. También se ha implantado un curso sobre diplomacia pública y últimamente, uno sobre diplomacia digital.

Esto es algo con lo que vamos a continuar con empeño. Ya tenemos previstos cursos y seminarios en torno a los temas de una diplomacia sanitaria y científica internacional y, en general, los temas referidos a la Cuarta Revolución Industrial, es decir, lo que tiene que ver con la era digital, la diplomacia digital, la economía digital. Tenemos que preparar a nuestros futuros diplomáticos de tal manera que puedan insertarse eficazmente en ese nuevo mundo continuar promoviendo los intereses de nuestro país.

¿Cómo evalúa la performance de la Fundación de la ADP?

Hubo un cambio muy importante en la gerencia de la Fundación y desde que asumió el nuevo gerente, se hizo una recuperación de los bienes que fueron donados a la ADP por diversos colegas y que constituyen una renta que se aplica a la enseñanza en la Academia Diplomática, aparte de lo que viene vía el presupuesto del Ministerio de Relaciones Exteriores.

Al mismo tiempo, la Fundación ha desarrollado una serie de cursos dirigidos a la comunidad sobre cooperación internacional, relaciones internacionales, ceremonial y protocolo y otros más, lo que es algo muy importante porque acerca a la diplomacia a la sociedad, al facilitar  una mejor comprensión de los fenómenos internacionales y de la propia política exterior peruana.

Creo que, en ese sentido, tanto como fuente promotora de recursos para la Academia como una forma de conexión entre la política exterior, la diplomacia y la sociedad, la Fundación está cumpliendo un papel sumamente importante.

Publicado en la revista EMBAJADOR

https://revistaembajador.com/la-pandemia-agravo-las-flaquezas-del-multilateralismo/

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